La bruja

La historia cuenta que era una mujer noble, ella fue supuestamente la primera persona en ser condenado a muerte por brujería, o más bien el primer documento histórico de una ejecución pública a una bruja, fue quemada viva acusada por el Inquisidor Hugues de Beniols en Toulouse, Francia, en 1275.

Ella bajo tortura, confesó haber tenido relaciones sexuales con Satanás, a raíz de esto dio luz a una criatura con cabeza de lobo y cola de serpiente, que se alimentaba de bebés que ella misma secuestraba o desenterrado de las tumbas.

Ella era Angela de la Barthe

Escalera

En 1984, una anciana viuda y completamente inválida atada a su silla de ruedas vivía sola en una casa de dos pisos. Desde la misteriosa muerte de su marido, necesitaba la ayuda de una cuidadora que la visitaba a diario para ayudarla con las tareas diarias. Lo que lo hizo aún más difícil fue el hecho de que los dos pisos de la casa solo estaban conectados por una vieja escalera en el interior. Cuando la anciana necesitaba moverse entre los dos, la cuidadora tendría que cargar su frágil cuerpo como un bebé, arriba y abajo de las escaleras. Un día la policía recibió una llamada de la viuda. Hubo un asesinato.

Dado que las unidades policiales eran escasas en ese momento y el asesino ya había huido de la escena del crimen, solo se envió a un detective para realizar el informe inicial. Llegó y vio el cuerpo de la cuidadora tendido en el suelo con sus cuerdas vocales desgarradas en un charco de sangre en el primer piso de la casa, la anciana estaba en lo alto de la escalera en su silla de ruedas mirándolo, quieta y en silencio, aparentemente asustada. Lógicamente podría descartarla como sospechosa, debido a su incapacidad para subir y bajar las escaleras, y porque estaba atrapada allí en el momento en que ocurrió el asesinato. Fue similar a la muerte de su esposo hace muchos años, quien se había asfixiado mientras dormía en el sofá de la planta baja.

El detective se puso los guantes, tomó fotos, tomó muestras en busca de pruebas y cubrió el cuerpo hasta que llegase el forense, todo asunto de rutina. Echó un vistazo a la planta baja de la casa en busca de pistas, luego le preguntó a la anciana si podía mirar arriba. Ella insistió en que estaba arriba todo el tiempo y que nadie más que ella había estado allí ese día, pero a pesar de esto, el detective subió la escalera a la que ella se apartó para dejarlo pasar.

Más allá de la escalera, había un pasillo estrecho, con tres puertas cerradas. Comprobó detrás de cada una de las puertas, un dormitorio vacío, nada, el baño, nada. Se puso ansioso                                                         mientras caminaba lentamente hacia el último dormitorio donde dormía la anciana. La abrió y todo parecía normal. Una cama, un armario y una mesita de noche con lámpara. Revisó todas las paredes de la habitación con horror, ya que no fue lo que descubrió, pero fue lo que no descubrió lo que lo hizo detenerse en seco y sacar lentamente su pistola de su funda. Era un detalle tan pequeño que lo habían pasado por alto por completo en la última investigación de la muerte del marido. En el piso de arriba no había teléfono. De repente escuchó un ruido mientras sacaba su arma y salía corriendo de la habitación, solo para encontrar una silla de ruedas vacía en lo alto de las escaleras.

La bañera de la casa (suceso real)

Este suceso ocurrió en un pueblo de Francia. Una chica que había terminado sus estudios decidió comprar su primera casa. Una noche el sonido de agua correr la despertó, se apresuró al baño para descubrir que el grifo de la bañera fluía a toda velocidad. Ella vivía sola y esto la asusto, el fenómeno se repitió una semana después, pero esta vez, el grifo del lavabo también estaba abierto. La chica llamo a un fontanero que vivía en su misma calle, el hombre reviso todo y le dijo que todo estaba en perfecto estado. Días después la chica descubrió que la anterior propietaria de su casa se ahogó en la bañera.

Jean Seberg

La actriz estadounidense Jean Seberg fue hallada muerta en el interior de un coche, el 8 de septiembre de 1979. Suicidio, dijeron los familiares, la policía y la justicia. Jean murió asesinada» dice Guy Pierre- Geneuil, entonces guardaespaldas de la actriz y ahora autor del libro Jean Seberg, ma star assassinée (Mi estrella asesinada). La autopsia reveló que los barbitúricos le habían causado la muerte, pero también que había ocho gramos de alcohol en su sangre. Una dosis letal que, según él, le fue inyectada.

Para Geneuil hay muchas incongruencias entre los datos de la investigación policial y las conclusiones: «A Jean la encontraron desnuda, dentro de su coche, mal aparcado en la calle del General Appert, cerca de su apartamento», dice. Llevaba varios días muerta y la autopsia dejó datos reveladores: «Ocho gramos de alcohol en la sangre es una dosis letal, incluso para alguien que bebía de como ella. En cualquier caso, en el interior del coche no había ninguna botella de alcohol. Con ocho gramos no se puede andar. No hace falta ser Sherlock Holmes para comprender que una conclusión se impone». Geneuil deja que sean los otros los que lo digan: el alcohol le fue inyectado.

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